Hace pocos días, invitados especialmente por la Cancillería, acompañamos la comitiva gubernamental –que encabezó el Presidente Mauricio Macri– al encuentro bilateral que se llevó a cabo en Alemania.

Allí expusimos sobre la calidad de nuestras carnes e interactuamos con empresarios europeos que nos ratificaron que la imagen de nuestro producto más emblemático sigue intacta.

No obstante, el viaje nos sirvió para constatar uno de los aspectos más alentadores para los que trabajamos día a día por la carne vacuna argentina. Tenemos, como país, un aspecto que nos diferencia y nos destaca por sobre los demás jugadores internacionales del negocio: el potencial de crecimiento. En la Argentina no tenemos “techo”, ni desde lo geográfico, ni desde lo productivo ni desde la demanda, con un mercado interno que siempre fue el principal motor de nuestra actividad y un mundo que nos demanda más carne.

Por eso es tan importante insistir desde el IPCVA con la transferencia de conocimientos que promuevan una mayor productividad, como lo hacemos con las jornadas a campo y seminarios, demostrando –como quedó claro en la última jornada de Tandil– que la eficiencia no es una cuestión de escala y que los productores más pequeños de esta maquinaria enorme y democrática que es la carne argentina son uno de los eslabones centrales del negocio.
Por eso también vamos a realizar en pocos días la primera jornada a campo en un feedlot, porque en las épocas que vienen tenemos que estar preparados para abastecer todos los mercados y todos los paladares, buscando la mejor integración de la media res y las oportunidades comerciales sin descuidar la mesa de los argentinos.

Europa nos demanda nuestra tradicional carne a pasto pero también los cortes suplementados de la Cuota 481; China y los países orientales prefieren carne con grasa intramuscular y cortes “alternativos”, como el garrón y el osobuco; Israel y Chile nos compran productos del cuarto delantero y Estados Unidos será un gran negocio para nuestra carne magra.

Por eso estamos convencidos de que no tenemos un techo para crecer y que el trabajo incansable de los productores y los industriales, acompañado por políticas públicas adecuadas y la gran genética que nuevamente se mostró en la Exposición de Palermo, tendrá esta vez una debida recompensa (esa misma que le fue esquiva en los últimos años) en un futuro cercano.

Por Ulises Forte
Presidente del IPCVA

Ganadería y Compromiso Nº 95. – Es una publicación del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA).